El triángulo de la homofobia en Centroamérica

Un boleto de autobús y poco menos de 20 dólares en el bolsillo. Eso era todo con lo que contaba “Adrián” cuando pisó, por primera vez, territorio costarricense. No tuvo mucho tiempo para planear las cosas: la suya fue una salida de emergencia. En una Honduras marcada por la homofobia y los crímenes de odio, quedarse no era una opción.
La historia de Adrián, cuya identidad está protegida, puede sumarse a las de 1.797 personas que han llegado a Costa Rica en busca de refugio a mayo de este año, provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Sin embargo, se trata de un caso más complejo: Adrián forma parte de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero y Transexuales) de los países del Triángulo Norte de Centroamérica que han solicitado refugio por motivos de persecución por su orientación sexual.
“Un nuevo tipo de refugiado”, le llaman algunos. Tan novedoso que en la mayoría de los países, al menos en Latinoamérica, este tipo de persecución no es reconocida como tal. En los formularios no existe esa opción para elegir y los solicitantes que llegan a las oficinas de migración muchas veces prefieren no mencionarlo.